Los cuidados médicos son decisivos para llevar a buen término cualquier embarazo; pero, paralelamente, es provechoso no descuidar los aspectos estéticos que mejoren la autoestima y redondeen la fórmula que lleva a ser una futura madre enteramente feliz.
Los dos primeros meses de embarazo son los más discretos, pero también los más colmados de sucesos. “La primera modificación que se constata es la tensión de los senos”, explica el doctor François Rudich, autor del texto “Ser mamá, el momento más hermoso de la vida”. A partir de ese momento y poco a poco, el vientre va engordado, y las glándulas mamarias se preparan para la lactancia; por eso, es importante tonificar e hidratar la piel para evitar que se tense y corra el riesgo de romperse, un daño que propicia el nacimiento de las estrías.
Para evitar su aparición es imprescindible exfoliar la piel, un hábito que libera la piel de las impurezas y de las células muertas que le impiden respirar. La exfoliación estimula la renovación de las células y deja a la epidermis más receptiva para su nutrición. A su vez, la hidratación aporta flexibilidad y bienestar a la piel. Se recomienda aplicar una hidratante por la mañana y por la noche, haciendo hincapié en las zonas de riesgo como los senos, el vientre.
No hay que olvidar que, durante los nueve meses de embarazo, el descanso es fundamental. Los expertos, que recomiendan dormir entre ocho y nueve horas, aconsejan acostarse boca arriba con las piernas ligeramente levantadas y los pies a la altura del corazón. A medida que el vientre vaya creciendo, coloca un cojín debajo de la cabeza y otro entre las piernas o debajo de tu espalda para mayor comodidad.
También es importante adquirir buenos hábitos alimentarios, ya que el embarazo implica un aumento de peso, lo ideal son nueve kilos. Por ello, es muy importante vigilar las calorías y evitar la sal. “La carne, el pescado, los huevos, las frutas y verduras y los lácteos deben estar presentes en la dieta”, recomienda la nutricionista Ana Pirela Suárez, quien añade que, para mantenerse en forma, resulta ideal caminar todos los días media hora, mejor con un calzado que levante los talones unos tres centímetros. Los paseos ayudan a fortalecer los músculos abdominales, activan la circulación y aumentan la capacidad respiratoria.
El programa de cuidados implica la limpieza e hidratación de la dermis por la mañana y por la noche. Exfoliarla con suavidad y moderación dos veces a la semana. Si la epidermis estuviera apagada, lo mejor es recurrir a un tratamiento intensivo rico en vitamina C.
DE LA CABEZA A LOS PIES
Las mujeres embarazadas suelen tener un rostro luminoso, con los ojos brillantes y el cabello vigoroso, pero a veces las hormonas juegan malas pasadas y surge el paño del embarazo, un velo que pigmenta irregularmente el rostro, fenómeno que desaparece progresivamente después del parto. La mejor herramienta para preservar su salud y belleza es la protección solar.
“Los senos pueden pesar entre 300 gramos y un kilo”, cuenta Rudich, quien explica que las mamas no cuentan con una fijación sólida en el tórax. De ahí la importancia de mimar la zona comprendida entre la base de los senos y la barbilla. Así, como consejo se recomienda aplicar con la palma de la mano alrededor del seno contrario, desde el exterior hacia el interior y luego en la parte superior del mismo. Pero no hay que olvidarse de las piernas, que soportan el peso del embarazo. Suelen hincharse y ofrecer una sensación de pesadez, incomodidades que se alivian paseando, poniendo las piernas en alto, con duchas de agua fría y aplicando productos tonificantes y refrescantes.
MULLIDA RELAJACIÓN
Nada mejor para cuidarnos durante el embarazo que un buen baño relajante. Para aquellas afortunadas que cuentan con una bañera en su sala sanitaria, pueden llenarla de agua no muy caliente, para luego añadirle unas quince gotas de esencia de incienso o mirra. Las fragancias estimulantes también ayudan a reponer fuerzas, por eso se recomienda echar dos o tres gotas de esencia de cítricos sobre una piedra aromática, acomodarse en un sillón confortable, cerrar los ojos y respirar el olor que desprende la piedra.
La esencia de cítricos resulta relajante y estimulante a la vez, por lo tanto, es perfecta para activar nuestra energía en muy poco tiempo cuando solo disponemos de un rato libre. Eso sí: no se debe cambiar de aroma sin consultar con un especialista, porque no todos los aceites etéreos son apropiados durante la gestación.
Un masaje craneal es otra alternativa para relajarse. ¡Y gratis! Para ello, se recomienda ponerse las manos sobre la cabeza como si fuéramos a lavarnos el pelo, pero, en lugar de frotar el cuero cabelludo, golpeamos la cabeza rítmicamente y con suavidad con las yemas de los dedos, como si entre las manos tuviéramos un tambor delicado. Se va de arriba abajo, y de delante atrás, abarcando poco a poco toda la cabeza. Este tamborileo estimula el cuero cabelludo y las vías nerviosas y, de paso, ayuda a liberarnos de pensamientos y emociones negativos.
MÁS CONTRA LAS ESTRÍAS
Las estrías son naturales y realmente no puedes prevenirlas o librarte de ellas. Además de la ya mencionada hidratación, si masajeas la piel regularmente con cremas o aceites, estimularás la elasticidad natural y harás que la dermis se sienta más flexible. Esto también puede ayudar a crear un vínculo con la pancita; en cualquier caso, es mejor esperar hasta el segundo trimestre antes de comenzar a masajear tu vientre. De igual forma y para limpiar y humectar tu vientre en crecimiento, usa un jabón corporal suave o un jabón para nutrir la piel hecho con ingredientes naturales, como aceite de oliva, manteca de karité (shea butter) o aceite de naranja dulce. Si se desea humectar las estrías, las cremas que contengan ingredientes naturales como soya, aceite de zanahoria o manteca de cacao, suavizarán y humectarán la piel. También se puede probar con el germen de trigo o el aceite de almendras dulces, y aplicarlos sobre las estrías mediante suaves movimientos circulares.
Fuente: http://www.revistadominical.com.ve