Piel, cabello y uñas son buenos indicadores del equilibro nutricional. Su aspecto proporciona mucha información sobre el estado de salud de las personas.
Una alimentación sana no solo contribuye a mantener la salud del organismo en general, sino que es fundamental para la belleza, tonicidad y fortaleza de piel, uñas y cabello. Todas estas estructuras marcan la frontera entre el mundo interior y el exterior; actúan como una defensa frente a las agresiones y protegen del calor, el frío y las bacterias. Son elementos en constante renovación y por eso necesitan un aporte adecuado de nutrientes.
Indicadores de salud
Un régimen deficitario en vitaminas, grasas y minerales esenciales se ve reflejado en el aspecto de la epidermis. Sucede así con las dietas muy ricas en azúcar refinada, exceso de proteínas animales y grasas saturadas, porque acidifican la sangre. El resultado puede ser descamación, imperfecciones, aparición de acné, dermatitis en la piel y también uñas con manchas y quebradizas, amén de cabellos débiles y opacos.
Por ello, "una alimentación saludable y equilibrada en nutrientes, la ingesta de abundante agua, además de un correcto funcionamiento intestinal es clave para verse bien. Todos los alimentos son indispensables para las funciones celulares de mantenimiento y renovación: un pobre consumo de ácidos grasos esenciales que son aportados por las grasas de la dieta se refleja en una piel seca. Una comida pobre en proteínas y calcio incide en uñas y cabellos frágiles", señala la nutricionista clínico y Msc en Nutrición Zulema Zarzalejo, de la Unidad de Obesidad del Instituto Médico La Floresta.
Componente esencial
Las grasas desempeñan un papel fundamental en la protección de piel, cabello y uñas, ya que aseguran un manto hidrolipídico correcto y proporciona tersura, tono, dureza y brillantez. Las más saludables son las monoinsaturadas (ácido oleico u omega-9, presentes en los aceites como el de oliva o de canola, prensados al frío), y las poliinsaturadas (omega-3 y omega-6, que se encuentran en pescados azules y frutos secos, entre otros alimentos).
"Ambos tipos de grasas constituyen macronutrientes necesarios en una alimentación adecuada, y deben ser aportadas diariamente con los aceites que se le agregan a las ensaladas o con el consumo de nueces, almendras, aguacate, aceitunas, etcétera. Las margarinas suaves de girasol o de ajonjolí también pueden ser utilizadas. Es a través de la presencia de las grasas en la alimentación como se absorben las vitaminas liposolubles A, D, K y E", explica Zarzalejo.
Vegetales, fuente de belleza
"El consumo diario de frutas y hortalizas variadas -manifiesta la experta-, es también indispensable para la buena apariencia de piel, cabello y uñas: tres a cuatro porciones al día, enteras para aprovechar la fibra y diferentes clases de frutas. Comer vegetales por lo menos en dos de las comidas. Estos alimentos son fuentes de vitaminas, minerales y antioxidantes".
Es conveniente consumir frutas de color amarillo y anaranjado como melocotón, durazno, albaricoque, melón, etcétera; y verduras y vegetales como auyama, zanahoria, acelga, perejil, berro, col, espinaca y escarola, todos ellos con muy buena dosis de betacarotenos, elemento indispensable para frenar la acción de los radicales libres y, por tanto, el envejecimiento cutáneo y de otros órganos.
También conviene tomar frutas como naranjas, kiwis, moras, fresas, entre otras, así como berros, la familia de las coles y perejil, todos muy ricos en vitamina C, elemento que interviene en la producción de colágeno, componente esencial para dar elasticidad a la piel y frenar su deterioro.
Minerales fortalecedores
Muchos de ellos resultan beneficiosos para estos elementos que recubren el cuerpo.
El zinc ejerce un papel fundamental en la síntesis de queratina; una gran parte de este elemento se encuentra en el cabello y las uñas. Además, participa en la regeneración del tejido cutáneo y la síntesis de colágeno y elastina, que proporciona elasticidad y tonicidad a la piel, por lo que no debe faltar en la dieta diaria frutos secos, lácteos, mariscos y granos.
Por su parte, el hierro es indispensable para la producción de hemoglobina y la oxigenación de los tejidos. Cuando falta, el pelo se debilita y las uñas se tornan quebradizas y se curvan hacia arriba. Es posible obtenerlo de carnes, pescados, huevos, frutos secos, vegetales, principalmente los de hojas verdes.
El azufre favorece la pigmentación y es indispensable para la síntesis de queratina y del colágeno que dan consistencia a pelo y uñas. Se encuentra en granos, quesos, coles, cebolla, ajo, huevos y pescados, entre otros.
Otro de los minerales infaltables para el buen aspecto de piel, uñas y cabello es el silicio, debido a que su presencia es fundamental para sintetizar el colágeno; su carencia produce envejecimiento prematuro, arrugas y estrías. Entre los alimentos más ricos en este mineral se encuentran: harina de avena integral, salvado de trigo, espinacas, perejil, remolacha, ajoporro, pasas, zanahorias, tomates y cambures.
Principales enemigos
"El consumo excesivo de café, refrescos y bebidas con alto contenido de azúcar blanco, como té, jugos pasteurizados, bebidas instantáneas y las preparaciones fritas, pueden ser enemigas de la salud y por lo tanto se refleja en piel, uñas y cabello. La clave es evitar el exceso de productos industrializados que contienen colorantes, preservativos y aditivos químicos".
"Todos ellos sobrecargan el organismo de sustancias tóxicas, no nos alimentan y ponen de lado la posibilidad de consumir otros alimentos de gran valor nutricional. No tiene comparación lo beneficioso de comerse un cambur rico en calcio, folatos, hierro, magnesio, fibra, antioxidantes y un largo etcétera que tomarse un jugo pasteurizado", comenta.
En definitiva, la importancia que tiene la buena alimentación para nutrir el organismo desde adentro hacia fuera es indiscutible. Por eso, comer variado es la clave para mantenerse sanos, prevenir enfermedades y lucir una piel envidiable, además de uñas y cabellos fuertes y hermosos.